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La Formación hacia el desarrollo sostenible

Desarrollo Sostenible

Desarrollo Sostenible

Este artículo se titula  La Formación hacia el Desarrollo Sostenible, porque queremos dedicarlo al tema que ha motivado la creación de este sitio. Queremos, en primer lugar, hacer comprender el por qué,  al igual que a muchos de ustedes, nos inspira una misión de promover la reflexión y la comprensión de las maneras con las que todos podríamos contribuir con un progreso en equilibrio entre la sociedad, el medio ambiente y las actividades productivas. En segundo lugar, vamos a ver cómo el desarrollo sostenible ha sido el enfoque adoptado especialmente por la Organización de las Naciones Unidas (la ONU), y echaremos un vistazo a cómo surgieron el término y sus pilares, y cómo evolucionaron hasta el presente sus principios y sus objetivos, lo cuáles se encuentran plenamente vigentes.

Conforme hemos ido comprendiendo el funcionamiento del planeta, descubrimos que habitamos un planeta vivo, por cuanto dentro de él fluyen, similar a la sangre en la venas, un conjunto de relaciones entre todos los organismos y elementos que lo constituimos.  Somos parte de una biosfera con un conjunto de sistemas interdependientes que a través de los años vienen logrando un equilibrio suficiente para permitir la convivencia y la adaptación de las diversas especies con el medio que las rodea.

Lamentablemente, a los seres humanos por muchos años nos ha cegado una visión muy antrópica del planeta. Es decir, nos ha movido una visión centrada en el mismo ser humano, en donde todos los otros sistemas naturales los hemos entendido al servicio del sistema humano de organización, es decir, la sociedad. Y muy especialmente al servicio de la parte de la sociedad orientada a la satisfacción de necesidad materiales, como lo es la actividad productiva y económica en general.

Los resultados ya todos los hemos venido reconociendo.  Hemos sometido a los sistemas naturales a la explotación excesiva o hasta la sobreexplotación, usando los recursos renovables más allá del nivel que les permite su regeneración natural, o a niveles de agotamiento cuando se trata de recursos no renovables. En otras palabras, hemos venido observando un desarrollo de la sociedad que no puede ser sostenible, por cuando amenaza la suficiencia y subsistencia de las especies y los recursos con los que ha fundamentado su desarrollo.

El reto que enfrenta el desarrollo sostenible es que demanda de una redefinición de nuestros estilos de vida, en el que consideremos las necesidades de largo plazo y en el que nuestras decisiones de producción y consumo incorporen el costo social y ambiental a la par del económico.  Esto debe verse como la búsqueda de ya no sólo el retorno económico de nuestras actividades, sino que el retorno del capital natural y  sobre todo del capital humano, entendido como el desarrollo de la persona, en un modelo inclusivo, colaborativo, y de mayor participación de las comunidades y los individuos en el progreso.  Esto, amigos y amigas, implica una redefinición de cómo nos vemos y cómo actuamos,  y como todos los cambios en nuestros hábitos y costumbres, lo que hallamos en nuestra sociedad es principalmente una natural resistencia al cambio que se requiere. Creemos, por lo tanto, que una mejor información y difusión de pequeñas y grandes acciones que contribuyen al desarrollo sostenible, es una forma de encontrar en conjunto cómo transitar mejor sobre su ruta.

Cuando buscamos la huella de la incorporación de los temas ambientales dentro de las reflexiones acerca del desarrollo, encontramos que el medio ambiente, como componente del desarrollo sostenible, solo tiene pocas décadas de haber sido considerado. En 1962, el libro Silent Spring (Primavera Silenciosa) de la autora Rachel Carson marca el hito como publicación que influye en la concepción sobre la contaminación del ambiente, refiriéndose al uso de los insecticidas, herbicidas y fungicidas (Rachel Carson, 1962). Más tarde, en 1968, Garret Hardin publicó el libro Tragedy of Commons (Tragedia de los Bienes Comunes) en donde apunta que la teoría económica sobre la mano invisible de Adam Smith, que postula que la búsqueda de los intereses individuales conlleva al bienestar colectivo, no necesariamente es cierto en un mundo de bienes comunes en donde el individuo intenta sobreponer sus intereses a los de la comunidad (Garret Hardin 1968).

Pero es en los años setenta, cuando la preocupación por el medio ambiente adquiere dimensiones globales que se manifiesta en el reporte Límites al Crecimiento que publicara en 1972 lo que se llamó el Club de Roma.  Este club se origina cuando un conjunto de científicos, educadores, economistas, humanistas, hombres de negocios y representantes de la sociedad civil se congregaron en una academia en Roma para discutir sobre el presente y el futuro del ser humano en ámbitos como la tecnología, la población,  la alimentación, los recursos naturales y el medio ambiente.  Esta publicación estableció que el crecimiento económico y demográfico, de mantener sus tendencias en aquel momento,  desbordarían sus niveles sostenibles, reduciendo a su vez la capacidad del ambiente, y provocando el declive del crecimiento del capital y la sociedad misma (Meadows, Donella et al, 1972).

Coincidente con la publicación del reporte del Club de Roma, en 1972 se realiza la Conferencia de la Naciones Unidas sobre el Medio Humano en Estocolmo, que muestra como uno de sus logros más importantes, la creación del Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente (PNUMA), con lo que se da impulso a la introducción de la política ambiental.  La declaración de esta conferencia de la ONU proclama que “el hombre es a la vez obra y artífice del medio que lo rodea” y que  “gracias a la rápida aceleración de la ciencia y la tecnología, el hombre ha adquirido el poder de transformar, de innumerables maneras y en una escala sin precedentes” su entorno. Pero este mismo poder transformador “puede causar daños incalculables al ser humano y a su medio” como “niveles peligrosos de contaminación del agua, el aire, la tierra y los seres vivos; grandes trastornos del equilibrio ecológico de la biosfera; destrucción y agotamiento de los recursos insustituibles y acciones nocivas para la salud física, mental y social del hombre”. Prosigue la declaración diciendo que “para llegar a la plenitud de su libertad dentro de la naturaleza, el hombre debe aplicar sus conocimientos para forjar, en armonía con ella, un mejor medio ambiente. La defensa y el mejoramiento del medio ambiente para las generaciones presentes y futuras, ha de perseguirse al mismo tiempo que las metas fundamentales de la paz y el desarrollo económico y social” (ONU, 1972).

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La declaración introduce 25 principios y analizando algunos de ellos encontramos que en relación con la sostenibilidad, se establece que:

  • Los recursos naturales deben ser preservados.
  • Para los recursos no renovables debe evitarse el peligro de agotamiento.
  • La contaminación no debe exceder la capacidad del medio ambiente para neutralizarla.

Estos principios ligan el desarrollo con el medio ambiente al  proclamar que:

  • El desarrollo es indispensable para las condiciones del medio ambiente.
  • Las políticas ambientales no deben afectar al proceso de desarrollo.

Esto último se comprende mejor en conjunto con los próximos dos principios, que indican:

  • La necesidad de una planificación integrada del medio ambiente.
  • La resolución de los conflictos entre el desarrollo y el medio ambiente.

Con respecto al rol de la educación  y el avance científico y tecnológico, se incorporan tres principios que dictan que:

  • Es esencial ofrecer educación medio ambiental.
  • La ciencia y la tecnología deben utilizarse para mejorar el medio ambiente.
  • Fomentar la investigación de los problemas ambientales.

Durante los años setenta se dan otros acuerdos multilaterales sobre medio ambiente, que van moldeando la visión de un mundo más sostenible. Uno de ellos es la Convención Ramsar sobre Humedales de Importancia Internacional en 1971, la cual vela por la protección del agua, la capacidad de producción de alimentos y la biodiversidad en los humedales.  Como misión, la convención RAMSAR persigue “la conservación y el uso racional de los humedales mediante acciones locales y nacionales y de cooperación internacional, como contribución al logro de un desarrollo sostenible” (Ramsar, 1971).  Otro importante acuerdo es la Convención para la Protección del Patrimonio Mundial Cultural y Natural en 1972, que es organizada por la UNESCO, y que proclama que los países tienen “la obligación de identificar, proteger, conservar, rehabilitar y transmitir a las generaciones futuras el patrimonio cultural y natural situado en su territorio” (UNESCO, 1972).  La Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres se promulgó en 1973, y procura una regulación del comercio internacional de “especies en peligro de extinción o que son o pueden ser afectadas por el comercio” (CITIES, 1973). Por último, en 1979 se acuerda la Convención sobre la Conservación de las Especies Migratorios de Animales Silvestres, que “tiene como objetivo la conservación de las especies migratorias terrestres, acuáticos y aviares en toda su gama” (CMS, 1979).

La publicación Estrategia Mundial para la Conservación fue elaborado por la Unión Internacional para la Conservación de la Naturaleza (UICN), con apoyo del PNUMA y el Word Wildlife Fund (WWF) y “fue el primer documento en incorporar la frase desarrollo sostenible“,  la cual ha  permeado “la corriente principal de pensamiento sobre el desarrollo” y “las prácticas conservacionistas y de desarrollo en todo el mundo”. Esta publicación analiza la interdependencia de la humanidad y la naturaleza, y proclama que esta relación “no tiene futuro a menos que se proteja la naturaleza y los recursos naturales”. (UICN, 2012)

En 1982  La Asamblea General de las Naciones Unidas impulsó la publicación de La Carta de la Tierra como una declaración en donde se reconoce “que en medio de la magnífica diversidad de culturas y formas de vida, somos una sola familia humana y una sola comunidad terrestre con un destino común”. Sin embargo, “los patrones dominantes de producción y consumo están causando devastación ambiental, agotamiento de recursos y una extinción masiva de especies”, por tanto… ”se necesitan cambios fundamentales en nuestros valores, instituciones y formas de vida”, dado que “todos los seres son interdependientes y que toda forma de vida independientemente de su utilidad, tiene valor para los seres humanos”. (Carta de la Tierra, 1982)

La Carta de la Tierra es una declaración de principios éticos fundamentales para una forma de vida sostenible, que se han venido revisando desde el año de su publicación por parte de la Comisión de la Carta de la Tierra, y que  en la actualidad  proclama sus principios en cuatro ámbitos principales:

  1. Respecto y cuidado de la comunidad de la vida
  2. Integridad ecológica
  3. Justicia social y económica
  4. Democracia, no violencia y paz

El trabajo de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo (conocida como Comisión Brundtland, por ser liderada por la ex primer ministra de Suecia Gro Harlem Brundtland) tuvo como producto la publicación del reporte Nuestro Futuro Común en 1987 y ofrece la primera y más conocida definición del concepto de desarrollo sostenible, el cual es el “desarrollo que satisface las necesidades de la generación presente, sin comprometer la capacidad de las generaciones futuras de satisfacer sus propias necesidades”. (Comisión Brundtland, 1987)

Nuestro Futuro Común analiza el desarrollo dentro de los siguientes ámbitos: Población y recursos humanos, Especies y ecosistemas, Energía, Industria y el Reto urbano.  La estrategia de desarrollo sostenible, según este reporte, implica atender objetivos tales como un crecimiento más equitativo, la satisfacción de las necesidades esenciales como trabajo, alimento, energía, agua e higiene; el control del crecimiento poblacional;  la sustentabilidad de los recursos; la reorientación de las tecnologías y la consideración conjunta de las necesidades del medio ambiente y de la economía en la toma de decisiones.

En Nuestro Futuro Común se reconoce que el desarrollo sostenible es una ruta sobre la cual sólo podremos transitar si se dan los cambios requeridos en las estructuras económica, social y política, esto a nivel de la sociedad y a nivel del individuo, es decir, a nivel de cada uno de nosotros.

En 1992 se realizó la Conferencia de las Naciones Unidades sobre el Medio Ambiente y Desarrollo,  que se conoce comúnmente como Cumbre de Río o Cumbre de la Tierra.  En esta cumbre 172 jefes de estado ratificaron los principios del desarrollo sostenible agrupados ahora en 27 principios.  Además, en la Cumbre de Río se produce la Agenda 21 o Programa 21, que es un plan para la promoción del desarrollo sostenible. En esta Cumbre de la Tierra se extiende la definición original del Informe Brundtland sobre desarrollo sostenible, al establecer sus tres pilares: el desarrollo económico, el desarrollo social y la protección del medio ambiente. (ONU, 1992)

Ban Ki-moon, Secretario General de las Naciones Unidas ofrece un concepto todavía más amplio del desarrollo sostenible pues afirma que “su objetivo es unir no sólo los tres aspectos —lo económico, lo social y lo ambiental— sino también a los países desarrollados y en desarrollo, los gobiernos, las empresas y la sociedad civil, los conocimientos científicos y las políticas públicas, la ciudad y el campo, y las generaciones presentes y venideras.” (ONU, 2010)

En la Cumbre Mundial del Desarrollo Sostenible de la ONU en el 2002 se revisaron los avances desde Río y se reafirmó la persistencia de problemas como la creciente pobreza y disparidad entre ricos y pobres, los patrones insostenibles en la producción y el consumo y el deterioro de la naturaleza en aspectos como la pérdida de la biodiversidad, la desertificación, el cambio climático, los desastres naturales y la contaminación del aire, el agua y los mareas. (ONU, 2002)

En el año 2012, se realizó la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Desarrollo Sostenible, Rio +20, como una revisión de la Cumbre de la Tierra 20 años después. Esta nueva conferencia se centró en dos temas principales: “cómo construir una economía verde para lograr el desarrollo sostenible y la erradicación de la pobreza, y cómo mejorar la coordinación internacional para el desarrollo sostenible”.  El resultado de la cumbre fue una resolución denominada El Futuro que Queremos, donde ser reafirma el compromiso en favor “un futuro sostenible desde el punto de vista económico, social y ambiental para nuestro planeta y para las generaciones presentes y futuras”. (ONU, 2012)

objetivos-del-desarrollo-sostenibleCon respecto a los objetivos del desarrollo sostenible, vamos a retroceder en el tiempo para recordar el acuerdo de la ONU del año 2000 donde se establecen los Objetivos de Desarrollo del Milenio, los cuales ofrecen una perspectiva sobre los ámbitos en donde el desarrollo requería fortalecerse para ese momento, lo que originó ocho objetivos relacionados con lucha contra la pobreza, educación primaria universal, salud infantil y materna, igualdad y sostenibilidad del ambiente, entre otros (ONU, 2000)

La importancia de conocer el origen de los objetivos del milenio es que su revisión en la Cumbre para el Desarrollo Sostenible del 2015 ha dado como origen la llamada Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible que establece ahora 17 Objetivos de Desarrollo Sostenible (también conocidos como objetivos mundiales) cuyo fin, entre otras cosas, es poner fin a la pobreza, luchar contra la desigualdad y la injusticia, fortalecer la salud y el saneamiento, promover la producción y consumo responsables, las energías renovables, las ciudades sostenibles, los ecosistemas marinos y terrestres y hacer frente al cambio climático. (ONU, 2015)

La Agenda 2030 ofrece una “visión de futuro sumamente ambiciosa y transformativa” sobre un mundo sin pobreza, hambre, enfermedades ni privaciones, donde todas las formas de vida puedan prosperar; un mundo sin temor ni violencia; un mundo en el que la alfabetización sea universal, con acceso equitativo y universal a una educación de calidad en todos los niveles, a la atención sanitaria y la protección social, y donde esté garantizado el bienestar físico, mental y social; un mundo en el que reafirmemos nuestros compromisos sobre el derecho humano al agua potable y al saneamiento, donde haya mejor higiene y los alimentos sean suficientes, inocuos, asequibles y nutritivos; un mundo cuyos hábitats sean seguros, resilientes y sostenibles y donde haya acceso universal a un suministro de energía asequible, fiable y sostenible”. (ONU, 2015)

La Agenda 2030, por lo tanto, nos señala que existen muchas áreas en las que todavía debemos preocuparnos y ocuparnos, por la vigencia aún de los retos que dieron origen al enfoque del desarrollo sostenible y la necesidad de un progreso económico, social y ambiental en equilibrio.

Terminamos este repaso del tema del desarrollo sostenible con una frase de Ban Ki-moon: “El futuro está en nuestras manos, juntos, debemos asegurarnos de que nuestros nietos no tendrán que preguntarnos por qué no logramos hacer lo correcto dejándoles sufrir las consecuencias” (Ban Ki-moon, 2007)

Referencias:

Rachel Carson, 1962. Silent Spring. FAWCETT PUBLICATIONS, INC., GREENWICH, CONN.

Garrett Hardin, 1968. The Tragedy of the Commons. Science, New Series, Vol. 162, No. 3859

Meadows, Donella et al, 1972. The Limits to Growth. Report of Club of Rome`s.  Potomac Associates Books. New York.

ONU, 1972. Declaración de la Conferencia de las Naciones Unidas sobre el Medio Humano.

Ramsar, 1971.  http://www.ramsar.org/

UNESCO, 1972.  Conferencia General de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura, París  http://portal.unesco.org/es/ev.php-URL_ID=13055&URL_DO=DO_TOPIC&URL_SECTION=201.html

CITIES, 1973. Convención sobre el Comercio Internacional de Especies Amenazadas de Fauna y Flora Silvestres. https://cites.org/esp/disc/text.php

CMS, 1979. Convention on Migratory Species http://www.cms.int/es

UICN, 2012. Un análisis del impacto de las resoluciones de la UICN en los esfuerzos internacionales de conservación. Congreso Mundial de la Naturaleza, Jeju 2012.

Carta de la Tierra, 1982. www.cartadelatierra.org

Comisión Brundtland, 1987. Nuestro Futuro Común. Informe  A/42/427 de la Comisión Mundial sobre el Medio Ambiente y el Desarrollo.

ONU, 1992. Programa 21. http://web.archive.org/web/20090420073232/http://www.un.org/esa/sustdev/documents/agenda21/spanish/agenda21sptoc.htm y ver http://www.un.org/es/ga/president/65/issues/sustdev.shtml

ONU, 2010. Avances logrados hasta el momento y lagunas que aún persisten en la aplicación de los resultados de las principales cumbres en la esfera del desarrollo sostenible y análisis de los temas de la Conferencia.

ONU, 2002. Informe de la Cumbre Mundial sobre Desarrollo Sostenible 2002.

ONU, 2000. Declaración del Milenio. Resolución 55/2 aprobada por la Asamblea General.

ONU, 2012. El Futuro que Queremos. Resolución 66/288 aprobada por la Asamblea General

ONU, 2015. Transformar nuestro mundo: la Agenda 2030 para el Desarrollo Sostenible.

Ban Ki-moon, 2007. http://www.unesco.org/new/es/education/themes/leading-the-international-agenda/education-for-sustainable-development/sustainable-development/