La inversión pública en materia de sitios de disposición final de residuos sólidos ha representado a través de los años un importante reto para el Estado y las municipalidades. Estos sitios de disposición representan una alta inversión por la necesidad de abandonar el concepto de vertedero o botadero y cumplir los estándares de un relleno sanitario[1]. Además, la disposición de los residuos sólidos ordinarios requieren la incorporación de tecnologías que permitan un manejo acorde con las crecientes demandas sociales y ambientales, sea por la legislación y la normativa. Por último, la resistencia social que despierta la oposición de las comunidades a albergar cualquier modalidad de relleno sanitario, genera la necesidad de que sean muy claros los costos y beneficios socioeconómicos y ambientales y su validación con las comunidades afectadas.
Costa Rica cuenta con una Legislación muy avanzada en materia de la gestión de residuos, especialmente por su Ley 8839 para la Gestión Integral de Residuos, que ha uniformado las responsabilidades de las municipalidades en la gestión integral de residuos sólidos.
Sin embargo, el Ministerio de Salud encuentra que aún son muchos los retos para el logro de una adecuada gestión de los residuos sólidos. En un estudio de esta institución en el año 2014, estableció que de unas 4.000 toneladas de residuos sólidos generadas diariamente en el país, sólo 3.000 toneladas se depositaron en rellenos sanitarios, por lo que una cuarta parte de los residuos sólidos diarios terminan en destinos como vertederos, calles, ríos y lotes baldíos, y sólo una mínima parte entra en los procesos de reciclado, ya que de 946 mil toneladas de residuos sólidos valorizables registrados en ese año, sólo 12,1 mil toneladas se reciclaron o fueron a compostaje, representando sólo un 1,2% (MS, 2019)[2].
Adicionalmente, la Contraloría General de la República, en el año 2016 encontró que pese a los mandatos dados por la legislación a los 81 gobiernos locales en la gestión integral de los residuos sólidos, en 70 de los mismos hay localidades sin servicio de recolección de residuos sólidos, implicando que en 87 de los 481 distritos del país no cuentan con este servicio municipal lo que obliga a estas comunidades a prácticas como enterrar, quemar o disponer los residuos sólidos en sitios baldíos ilegales (MS, 2019).
En los años recientes, el Ministerio de Salud ha encontrado que la gestión municipal ha venido mejorando en materia de residuos sólidos, ya que los residuos sólidos no recolectados representaron sólo 7,2% en el año 2018, y los residuos valorizables recuperados alcanzó un 3,28% (MS, 2019).
El reto que tiene el país es incrementar su capacidad de invertir en sitios de disposición de residuos ordinarios, no sólo para responder a la gestión que deben hacer las municipalidades para recolectar, disponer y tratar los residuos sólidos generados en sus comunidades, sino para incorporar tecnologías mixtas, que puedan incluso responder a las necesidades de recuperación de residuos sólidos valorizables en sitios de disposición.
Si bien las municipalidades han aplicado modalidades de traslado de la construcción y gestión de sitios de disposición a empresas especializadas, las municipalidades aún son las responsables de velar por los proyectos de construcción de sitios de disposición de residuos sólidos ordinarios. La demanda de sitios de disposición de gran escala, implica que estos proyectos deben verse más como iniciativas regionales que como proyectos cantonales, con tecnologías que respondan a la gestión integral, y atendiendo demandas sociales y ambientales. De ahí que se hablen de proyectos de inversión de gran escala, con demandas importantes de financiamiento.
Por lo tanto, en el futuro se prevé que las inversiones en sitios de disposición de los residuos ordinarios se realicen con proyectos regionales. El Plan de acción para la gestión integral de residuos sólidos 2019-2025, presentado por el Gobierno de la República, tiene como objetivo central “Fortalecer la gestión integral de residuos en Costa Rica mediante la creación de proyectos regionales que faciliten la articulación entre los gobiernos locales, las instituciones del estado con responsabilidad en el tema de la gestión integral de Residuos, el sector comercial e industrial y las comunidades” (MS, 2019)[3]. Así mismo, se estará incrementando la inversión que ha sido tendencia en los últimos años, dada la normativa nacional, de centros comunales y municipales de valorización y recuperación de residuos sólidos, ya que se ha venido fortaleciendo los conceptos de la economía circular y la responsabilidad extendida de la empresa privada.
[1] Estos son los sitios donde se aplica la técnica mediante la cual diariamente los desechos sólidos se depositan, esparcen, acomodan, compactan y cubren empleando maquinaria. Su fin es prevenir y evitar daños a la salud y al ambiente, especialmente por la contaminación de los cuerpos de agua, de los suelos, de la atmósfera y a la población al impedir la propagación de artrópodos y roedores (MIDEPLAN, 2012).
[2] MS (2019). Plan de acción para la gestión integral de residuos sólidos 2019-2025. San José: Ministerio de Salud. Página 6.
[3] MS (2019), página 14.